Cada 30 de agosto la Iglesia Católica en algunos países celebra de manera universal a Santa Rosa de Lima (1586-1617), patrona de Perú, América y Filipinas.
El día destinado para celebrarla es el 30 de agosto -es decir, una semana después de su fiesta universal- y su celebración tiene rango de solemnidad litúrgica -día de precepto o de guardar-, es feriado civil y religioso.
Santa Rosa, primera santa de América, solía decir: “Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús”. ¡Sirvamos al hermano que está en necesidad!
Isabel Flores de Oliva, su nombre de pila, nació en Lima (Perú) el 20 de abril de 1586 y fue bautizada el 25 de mayo de ese mismo año. Aunque su nombre era Isabel -puesto en honor a su abuela materna-, una india que servía a la familia Flores de Oliva empezó a llamarla de cariño “Rosa”, debido a la belleza del color de sus mejillas. Poco a poco, esa forma cariñosa de llamar a la niña la adquirieron sus propios padres y el entorno familiar.
Rosa de Lima fue canonizada por el Papa Clemente X en 1671, convirtiéndose en la primera santa de América. El mismo Pontífice la declaró patrona principal del Nuevo Mundo (América), Filipinas e Indias Occidentales. "Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones", señaló el Papa Inocencio IX refiriéndose a ella.
En 1992, el Papa San Juan Pablo II, de visita en Perú, dijo que la vida sencilla y austera de Santa Rosa de Lima era “testimonio elocuente del papel decisivo que la mujer ha tenido y sigue teniendo en el anuncio del Evangelio”.
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