El 9 de diciembre de 1824 se llevó a cabo la gloriosa batalla de Ayacucho, gesta heroica que selló para siempre la independencia del Perú y de América del Sur luego de permanecer durante tres siglos bajo el dominio colonial español. Mucho se a escrito sobre esta gesta épica, recordemos a manera de homenaje a estos patriotas y ayacuchanos que partiiparon.
Después de la batalla de Junín, Simón Bolívar dejó el mando de las tropas a Antonio José de Sucre. Por su parte, el virrey La Serna nombró al general Canterac como jefe de estado mayor del ejército realista. El 7 de diciembre de 1824, Sucre estableció su cuartel general en las pampas de Ayacucho. El ejército patriota estaba formado por 6 000 hombres y una pieza de artillería, mientras que los realistas contaban con unos 10 000 hombres y 11 piezas de artillería.
La mañana del 9 de diciembre, los soldados de los dos ejércitos se despidieron fraternalmente, pues muchos de ellos eran familiares o amigos. Después de pasar revista a las tropas, Sucre arengó a sus hombres para el combate con las siguientes palabras “¡Soldados! De los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur, otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia”.
El combate empezó a las diez de la mañana. Las tres divisiones realistas atacaron furiosamente, haciendo retroceder a los patriotas. Sin embargo, el joven general Córdova, al notar cierta indecisión de la tropa se colocó al frente de sus soldados en plena batalla y les arengó: “¡Adelante! ¡Armas a discreción, paso de vencedores!” y avanzó en forma decidida y audaz, iniciando una ofensiva que arrollaría al enemigo. Al mediodía, la intensidad del combate había disminuido; el ejército realista se encontraba desorganizado y a la una de la tarde la batalla había terminado con la clara victoria patriota.
El virrey La Serna resultó herido y fue apresado junto a Canterac y otros tres mil doscientos soldados. Al término de la batalla, Canterac y Sucre suscribieron la Capitulación de Ayacucho, sellando de esta manera la independencia del Perú y América.
A pocos años del bicentenario (1824-2024) de la gesta heroica de todos los compatriotas de esta patria Americana, que sellara nuestra independencia con la batalla de Ayacucho, queremos compartir para la reflexión la arenga del general Don José Antonio de Sucre.
¡Compatriotas todos!
¡Estoy viendo las lanzas del diamante de Apure las de Mucuritas, Queseras del Medio, Calabozo, las de Pantanos de Vargas, Boyacá, Bomboná, de Carabobo las de Ibarra y las de Junín!
¿A quién podemos temer? Si a todas esas huestes realistas las hemos vencido y derrotado con valor, disciplina y heroísmo me acompañaste sin tito venciste en Pichincha, diste libertad a Colombia, hoy me acompañas en Ayacucho, también venceréis y daréis libertad al Perú, asegurando para siempre la independencia de América.
¡Acuérdate de Colombia de Simón Bolívar el Libertador, dame nuevas palmas y laureles, en las puntas de tu bayoneta y las lanzas, para ofrecerlas a ambos viva Colombia. Viva el Libertador! Soldados de los esfuerzos nuestros dependen la suerte de América del Sur otro día de gloria va a coronar nuestra admirable constancia.
El gran Simón Bolívar me ha prestado su rayo invencible, y la santa libertad me asegura desde el cielo que lo destrozaremos al común enemigo, nosotros acompañados de la providencia no nos dejaremos arrancar los laureles del triunfo, poco nos importa el número de sus hombres (10.000) somos infinitamente más que ellos porque Dios Omnipotente está con nosotros con su justicia, aquí estamos peruanos , colombianos, chilenos, argentinos, para sepultar a los españoles que por 300 años se apoderaron, nos dominaron y este campo será su sepulcro por siempre viva el Perú y la América redimida.
4 comentarios:
no entendi
pos yo tampoco :v
yo tampoco enetendí
lloren pues
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